Flora Ramírez Medina, de 38 años es madre de dos niñas (una de 6 y otra de 12 años), y tiene, además, un niño de un año, a quien su familia acogió tras la muerte de su prima, la mamá del pequeño. “Si no estudié fue porque me quedé huérfana”, detalla. “Mi mamá falleció cuando tenía 12 años y no pude terminar la secundaria. Yo sufrí de huérfana, así que por eso busco apoyar al bebe”, añade.

Flora fue parte de los más de 30 participantes en la construcción de un muro de contención del talud inestable del pasaje Granados, ubicado en el Distrito de San Bartolomé, Huarochirí (Lima). Casada con un agricultor local, sabe lo difícil que es no poder contar con una oportunidad que mejore la situación económica de su hogar. “En San Bartolomé todos se dedican a la agricultura. Mi esposo se dedica a la chacra, pero solo da una vez al año tuna, y eso no nos rinde”, detalla.

Gracias al empleo temporal que consiguió, pudo generar un ingreso adicional que le permitió costear diversos gastos de su familia. “Este año he tenido que comprar uniformes, útiles, y esto ha salido de mi trabajo”, afirma Flora. Según ella, ha sido muy bueno para ella ser parte de uno de los proyectos de Trabaja Perú y, por ello mismo, espera que se ejecuten más obras en beneficio de su comunidad y participar en ellos.

Tal como le ocurrió a Flora, 11,300 mujeres pudieron acceder este año a un empleo temporal generado por el Programa, gracias a los 295 proyectos de infraestructura que cofinancia junto a cerca de 200 municipalidades y gobiernos regionales del país. Se trata del 66% de participantes de Trabaja Perú del 2019. Del total (más de 17 mil peruanos en condición de pobreza o pobreza extrema), el 69% es padre o madre de al menos un hijo o hija de menos de 18 años.

Estas cifras, en sí mismas, no reflejan la importancia que tiene para personas como Flora tener la oportunidad de contar con un empleo digno que le ayude a enfrentar la adversidad.